(...)
"Ha de llover, sí, pero no han de olvidarse
los manantiales del odio ni las acequias
secretas de los monasterios ni
la humedad de las sociedades anónimas.
Ha de llover jamás y siempre. Con
desesperación agraria. Ha de llover
hasta que enloquezcan los metales
y el sílice y las inmensas madres
del Barrio de la Sal.
Ha de llover.
Ha de llover ya.
¿Está lloviendo?
Sí, está lloviendo. Las madres,
bajo la lluvia, van
al penal incesante. Son blancas y locas,
llevan fuego y amor.
Ah de la lluvia,
ah del amor, ah del fuego.
Llueve
en mi pasado y en mis venas. Va a llover
también en mi desaparición.
Ah de la lluvia
sobre las madres locas. Ya arde, bajo el agua,
San Marcos con amor, ya están ardiendo
dulcemente los juicios sumarísimos.
Ah de la lluvia".
(de "Ha de llover", de Antonio Gamoneda)
miércoles, 26 de mayo de 2010
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