miércoles, 5 de mayo de 2010

Más información sobre el susodicho rinoceronte: el Domingo de Trinidad (3 de junio) de 1515 el rey Manuel organizó un combate multitudinario, al que acudió todo el pueblo de Lisboa, entre el rinoceronte y un joven elefante de su colección para comprobar el relato de Plinio el Viejo, quien aseguraba que el elefante y el rinoceronte eran enemigos acerrimos. El rinoceronte avanzó lenta y deliberadamente hacia su adversario, el elefante; sin embargo, este último, desacostumbrado a la ruidosa muchedumbre que había acudido a presenciar el espectáculo, huyó aterrorizado antes de que se produjera choque alguno.

La carta en alemán a Durero no ha perdurado, pero en la Biblioteca Nazionale Centrale de Florencia se haya la copia en italiano. Encima de su famoso grabado está escrito:
"En el primero de mayo del año 1513 [sic], el poderoso Rey de Portugal, Manuel de Lisboa, trajo semejante animal vivo desde la India, llamado rinoceronte. Esta es una representación fiel. Tiene el color de una tortuga moteada,[21] y está casi completamente cubierto de gruesas escamas. Es del tamaño de un elefante, pero tiene las patas más cortas y es casi invulnerable. Tiene un poderoso y puntiagudo cuerno en la punta de su nariz, que afila en las rocas. Es el enemigo mortal del elefante. El elefante se asusta del rinoceronte, pues, cuando se encuentran, el rinoceronte carga con la cabeza entre sus patas delanteras y desgarra el estómago del elefante, contra lo que el elefante es incapaz de defenderse. El rinoceronte está tan bien acorazado que el elefante no puede herirle. Se dice que el rinoceronte es rápido, impetuoso y astuto."

La coraza escamosa del rinoceronte grabado por Durero se convirtió rápidamente en todo un emblema de fortaleza y resistencia en el combate, del mismo modo que la supuesta natural enemistad entre el elefante y el rinoceronte convirtió al este último en un emblema de la defensa romana ante el ataque cartaginés comandado por Anibal a lomos de sus elefantes. Frente a la bestia africana, este exótico animal indio suponía para Europa una actualización de sus raices grecolatinas e imperiales. No en balde Alessandro de' Medici quien eligió un rinoceronte -claramente basado en el grabado de Durero- como su emblema en junio de 1536, con el lema "Non buelvo sin vencer".

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