viernes, 14 de abril de 2017


Estoy algo cansado de postear en FB. Vuelvo al Contubernio Caníbal. Ando en esas derivas caprichosas donde poder desconectarte de los demás pero sin desconectarme. No se si me doy a entender, pero da lo mismo. Aquí los likes valen hongo y los analitics me los paso por el orto. Supuestamente estoy haciendo Obras Invisibles en New York y en Cracovia, a la vez. Sí, lo estoy haciendo pero desde mi acolchonado sillón santiaguino, sin ganas de abandonar mi hogar, disfrutando la compañía de lo mejor de España. Sí, soy otro más de esos como Welles, Hemingway, Vostell, Neruda y una nómina bastante grande y notable, fascinados por todo lo que nos han legado artistas e intelectuales desde esos 505.370 kilómetros cuadrados. Apreto el botón del piloto automático mientros veo que quedan en la trinchera bizarra sólo el team Sánchez Blanco-Sánchez Zarza, trataré de estar a la altura de mis heroicos amigos. Salud por todo lo hecho antes de este post, el 7385, y por los que quedan.

domingo, 9 de abril de 2017


Un ataque isquémico transitorio es una mierda, no tanto como un infarto cerebro-vascular, pero una cosa lleva a la otra, y eso -como diríamos en chileno- "chorea". Aburre. Se lee cursi, pero entras en esa fase de los programas de televisión cuando transmiten puros refritos. Busco la coartada posmoderna, que creo es la única para sobrellevar los embates de la realidad cuando la brújula que llevas la utilizas sobre campos magnéticos. 

Porque todo sigue igual pero ya no como antes, y no tiene nada que ver con la melancolía sino con la sensación de que te falta no sólo tiempo, también más oxígeno. Y con esta mierda de calentamiento global, la metáfora resulta otra verdadera mierda. En este tipo de circunstancia el adormecimiento toma una dimensión bizarra. Tanto como constatar que por más que respeto el uso de mayúsculas y minúsculas en la redacción, finalmente todo es publicado como si estuviera gritando. Mis sinceras disculpas.