La peor exposición de mi vida se titulaba "Very very very light... and very oscuro [un policía con alzheimer]" (sic), por Rocío García. Se podía ver casi en su totalidad desde la calle a través de unos escaparates dignos de las mejores firmas cárnicas o de vestimenta, por ejemplo. Las reses que estaban allí expuestas no pueden ser expresadas por lengua humana. El curaitor escribía de todas maneras: "¿Por qué fresa? ¿Por qué chocolate? ¿Por qué abdicar ante los estereotipos y las parcialidades estériles? ¿Por qué escamotear la gracia subversiva del flirteo? ¿Acaso no puede ser vainilla?" El texto se titula, por supuesto, "Vainilla". Continuemos con este maravilloso ejemplar: "Para qué agotar la vida en las antípodas, en los extremos de lo irreconciliable, si es en los intersticios de nuestr psicología, en el rebasamiento feroz del específico freudiano, donde habita la virtud y el privilegio de la hermosura. Hay que vivir gozando y volver una y otra vez ante el espejo para rendir culto a la contemplación onanista que destierra y rebasa el sentimiento de culpa y nos devuelve la vida y el placer como trofeos." No diré su nombre no vaya a ser que nos quite el puesto.
jueves, 20 de mayo de 2010
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