viernes, 21 de mayo de 2010

tengo la impresión de que hay algo de truco o de que el Show de Truman continua. Resulta que hace dos días se me acercó un artista jovén y me entreguó, aquí en la Universidad Nacional de Colombia en Medellín, la invitación a su exposición en la que salían cuatro pequeños rinocerontes reflejados en un espejo. Le pregunté si conocía lo del rinoceronte de Lisboa y me contestó que solo en parte. Ayer me pasó, al terminar mi curso agotador, un paquete y me dijo: "es un regalo para usted. Es chino". Pensé que se refería a la teoría del regalo japonés barthesiano (solo embalaje, algo que no tiene interior sino solo apariencia mágica) y, transgrediendo la regla (no abrir) me encontré con que dentró estaba un rinoceronte. LA COSA CONTINUA.

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