martes, 19 de febrero de 2013





una tarde despejada pero fría para bailar tango, ninguna de las papirusas me quiso acompañar pero eso no inhibio mi deseo arrabalero de expresar que los riesgos se bailan y cantan en lunfardo también. la despedida de bizarro entro en fase de producción en GFR Broadcasting System en Chile.

Castro Flórez: "En mi delirio interpretativo he llegado a pensar que el ciclista que pasa de largo tiene algo que ver con Bartleby, aquel personaje que actuaba, en todos los sentidos, al pie de la letra, como esos performers que, aparentemente, se tomaron en serio el salto de Klein. Siempre hay algo que puede, aunque sea al final de todo, excitar la curiosidad, por ejemplo, un rumor: resulta que cuentan que Bartleby había trabajado como subalterno en la oficina de Cartas Muertas de Washington de donde fue despedido por un cambio de administración. Una carta siempre llega a su destino, sobre todo si no ha sido enviada y el secreto, valga esta atmósfera lacaniana, ha sido dejado al descubierto. No es fácil heredar una frase lapidaría: “I want nothing to say to you”. Pero es mejor que celebrar ritualmente la impostura o aceptar que no hay otro riesgo que el simulado. No es que nos falte la red o, como suele decirse, brille por su ausencia, sino que el testimonio (escenificado) de la caída atrapa, desde el principio, un amargo vacío."

Berrie: "Cuando las personas de nuestro entorno son presentadas, es costumbre que se pregunten la edad y por ello Wendy, a la que siempre le gustaba hacer las cosas correctamente, le preguntó a Peter cuántos años tenía. La verdad es que no era una pregunta que le sentara muy bien: era como un examen en el que se pregunta sobre gramática, cuando lo que uno quiere es que le pregunten los reyes de Inglaterra. En realidad no tenía ni idea; sólo tenía sospechas, pero dijo a la ventura:
-Wendy, me escapé el día en que nací"

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