martes, 19 de febrero de 2013















tenia que pintar esa tela geométrica andina en el lugar mas aparentemente opuesto: un medialab, entre muchos ordenadores y plotters de última generación y donde habían trabajado gran parte de los pioneros del gráfica electrónica internacional. hablé con alcalá y me dió el "bueno ya". la sola gestion de llevar el caballete mas usado en la escuela de arte y nada menos que bajarlo a las dependencias del mideciant les parecio a los funcionarios una locura y los becarios una manera poco peculiar de presentarme. la pintura es un cover de una pintura de ramón vergara grez. de quien mas se podía esperar de mí.

castro flórez: "Tenemos claro que la estrategia de la desfetichización que hizo furor en el post-conceptual de los años ochenta fue, en muchos sentidos, una manifestación completa de la impostura. El mercado mostró su capacidad adaptativa al conseguir colocar en el Museo los documentos de un presunto radicalismo, encantado de contar con colaboradores-crítico-institucionales. Lo importante era enmarcar e incluso ampliar al máximo todo aquello que tenía rasgos procesuales o era manifiestamente efímero. Con la coartada de contar “otra historia” podía producirse una tergiversación del sentido sin dejar por ello de ornamentar cínicamente el discurso con citas situacionistas o guiños de complicidad con el post-estructuralismo que aparecía como el perfecto aliado para darle el golpe de gracia a la Historia. El mal radical lo encarnaba el autor y, por supuesto, su excrecencia irrelevante: la obra de arte. El desbarre bienalístico tenía bastante con el vértigo del dossier y, por supuesto, con la cimentación del parque temático, mientras en el bunker glacial de la museística santificaban la documentación convencidos de que suena mejor archivo que almacén o tesoro"

berrie: "Por raro que parezca, no fue en el agua donde se encontraron. Garfio se subió a la roca para respirar y en ese mismo momento Peter la escaló por el lado opuesto. La roca estaba resbaladiza como un balón y más bien tenían que arrastrarse en lugar de trepar. Ninguno de los dos sabía que el otro se estaba acercando. Al tantear cada uno buscando un asidero tropezaron con el brazo del contrario: sorprendidos, alzaron la cabeza; sus caras casi se tocaban; así se encontraron."

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