martes, 26 de febrero de 2013

Vivir así es morir de amor

Los cinco años que pasé en Siberia fueron para mi muy instructivos respecto al carácter y la vida humanos. Me vi puesto en contacto con hombres de todas las condiciones, los mejores y los peores; aquellos que se encontraban en la cúspide de la sociedad y los que vegetaban en su mismo fondo; esto es, los vagabundos y los llamados criminales empedernidos. Tuve sobradas ocasiones para observar los hábitos y costumbres de los campesinos en su labor diaria, y aun más, para apreciar lo poco que la administración oficial podía hacer en su favor, aun cuando se hallara animada de las mejores intenciones. 

"Pero la sociedad, en la humanidad, de ningún modo le ha creado sobre el amor ni tampoco sobre la simpatía. Se ha creado sobre la conciencia -aunque sea instintiva- de la solidaridad humana y de la dependencia recíproca de los hombres. Se ha creado sobre el reconocimiento inconscientes semiconsciente de la fuerza que la práctica común de dependencia estrecha de la felicidad de cada individuo de la felicidad de todos, y sobre los sentimientos de justicia o de equidad, que obligan al individuo a considerar los derechos de cada uno de los otros como iguales a sus propios derechos".


Piotr Kropotkin, Introducción a El apoyo mutuo


(Kropotkin, 1902)

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