lunes, 25 de febrero de 2013






fue la mejor fiesta bailable de la temporada, nos arriesgamos a afirmar al llegar a casa, mientras con romera intentamos deletrear los nombres de filosófos con mas consonantes en bullet time

castro flórez: "he aprendido (creo) a dar conferencias por la ley del mínimo esfuerzo. Prepara cuatro o cinco imágenes, pon cara de que llevas 227 y avanza con paso lento. Pon los brazos en jarras y pásate las categorías por arco de belén. Mezcla la velocidad con el tocino o, como corresponde, el culo con las témporas. Si lo único que sabéis de mi (con razón) es que soy un pesado que suele extenderse más de dos horas o las que aguanta su respiración acelerada, os aviso que he aprendido a dar conferencias gracias a la docencia del "international style". Mañana en el magno congreso sobre el fin de la literatura quiero sintetizar la cosa al nivel más penoso que pueda. Entre manos tengo a Heidi y Marco, el abuelito dime tú y Calimero. La parte central es sobre Hegel y los tentáculos de los pulpos gallegos y hacia el final ofrezco extraordinarias predicciones en torno a nunca bien ponderado Cristo de Borja. Perdón si suena pretencioso pero el título "Nadie lo hace mejor que yo" va a cumplirse sin ganga ni desperdicio. He estudiado a conciencia los lectores compulsivos de "papers" a los mega-ponentes de congresos transcontinentales, a los directores de área de las agencias evaluadoras de la ANECA. Estoy preparado para una nueva época: la glaciación me ha llevado a una compresión neuronal y he aceptado que el pensamiento empieza y termina en Antonio Muñoz Molina. Lo demás es posmoderneo atontolinao. Por la gloria de Chiquito y en honor a Rodolfo Chiquilicuatre anticipo momentos de desatino hermenéutico. Plazas limitadas en riguroso orden de llegada. Al fondo hay sitio."

barrie: "Lo que le detuvo fue el aspecto impertinente de Peter al dormir. La boca abierta, el brazo colgando, la rodilla doblada: eran tal personificación de la arrogancia que, en conjunto, jamás volverá, esperamos, a pre sentarse otra igual ante sus ojos tan sensibles a su carácter ofensivo. Endurecieron el corazón de Garfio. Si su rabia lo hubiera roto en cien pedazos, cada uno de éstos habría hecho caso omiso del percance y se habría lanzado contra el durmiente."

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