[Mail que acabo de escribir a Vladimir García Morales, con el que me ha puesto en contacto Ana Gorria. El texto es una respuesta a una afirmación de Vladimir que reza: "ahí mora la esencia de la poesía: estar radicalmente solo para descubrir -cada uno por su camino personal e intransferible- que ahí está todo." Mi respuesta, por los senderos que tiendo a transitar: marxismo, materialismo, utilitarismo y antihedonismo.]
Vladimir,
tienes un nombre egregio donde los haya. Me remite al camarada Lenin y, más pertinentemente para nuestra discursión, al camarada Maiakovski. Te copio un fragmento de su libro "Como hacer versos":
"1. Poesía es industria. De las más difíciles y complicadas, pero, a pesar de todo eso, es una industria.
[...]
4. El poeta debe trabajar a diario para mejorar sus recursos y sobre todo para ir acumulando sus reservas poéticas.
[...]
6. No es necesario comenzar produciendo poesía en serie para obtener un único y brillante verso. Hay que dar la espalda a la futilidad poética tan poco racional. Solo se debe coger la pluma cuando no existe otro medio de expresión que no sea el verso. Solo debemos lanzarnos al trabajo poético en el momento en el que sentimos con nitidez el susurro de una obligación social.
7. Para comprender correctamente la obligación social el poeta debe situarse en el centro de las cosas y de los acontecimientos. Conocer la teoría económica, estar al tanto de la vida real, interesarse por la historia y la ciencia, es para el poeta una parte esencial de su trabajo y un aspecto mucho más importante que los manualitos escolásticos de profesores idealistas que idolatran antiguallas.
8. Para conseguir una mejor y más eficaz interpretación de la obligación social es necesario colocarse a la vanguardia de la clase social a la que pertenece el poeta, y luchar en todos los frentes en los que esté inmersa esa clase. Es necesario romper en mil pedazos el tópico de que el arte es apolítico. Esa vieja leyenda aparece ahora bajo la verborreica apariencia de los grandes cuadros épicos –primero épicos, después objetivos y al final no toman partido-, con un estilo grandioso –primero grandioso, después elevado y al final divino-.
9. Los juicios de azar y el individualista, carente de principios y caprichosa subjetividad del gusto, solamente pueden ser eliminados si consideramos al arte como un oficio.[...]"
En definitiva, para aclarar mi postura. Reniego de toda percepción romántico-estetizada de la creación poética como destino individual realizado ex nihilo por un genio creador (en contra de lo que pensaba Rilke). No confío en ningún tipo de iluminación místico-reveladora de lo real a través del poema. La poesía es perspectivismo e ideología, tiene la marca de su tiempo y de la cultura en que fue producida, ¡ojo!, no he dicho "la marca del autor": el autor es un mero artesano. Desde mi punto de vista la poesía es un oficio fabril ni mejor ni peor que el de la zapatería. Para decirlo con Lautremont "la poesía debe ser hecha por todos" porque forma parte de nuestras actividades cotidianas (junto con comer y dormir) el recrear simbólicamente del mundo, que es en última instancia aquello que realiza la poesía, o lo que es lo mismo: la dotación del sentido. La poesía sólo es un modo sutil e intersubjetivo de producción de sentido tradicionalmente asociado a la palabra, aunque la perfopoesía y la poesía visual demuestran que no necesariamente ha de ser así. Incido en lo de intersubjetivo: la poesía se ocupa del lenguaje, del tipo que sea, esto es, de una institución creada para la comunicación entre los individuos. Comunicar pensamientos y sentidos es su función primordial. No soporto los soliloquios que se marcan muchos poetas que en última instancia no son sino autobiografías versadas. Personalmente, mi espíritu cotilla no llega tan lejos: no me interesa la vida del poeta. Hay cosas más interesantes que transmitir, creo. Por eso, en lo profundo de la cuestión, me es igual que el poeta haya sufrido en sus carnes la soledad o que, como decía Pessoa, "sea un fingidor". Si el poema es bueno lo es en calidad de producto material útil, insisto: productividad e utilidad. Su utilidad se cifra en la capacidad de transformar nuestra percepción de la realidad, aunque ésto es una cuestión ya de gustos. Algunos dirán que la función de la poesía es kathartica o que la poesía tiene como función transmitir sentimientos o hacernos sentir mejor (¿felicidad?). Lo dudo mucho. Para mí la utilidad de un poema se cifra en sus potencialidad transformadora en el plano de lo social. Por eso traduzco a Rilke, pero también, y sobre todo, a Brecht.
Te dejo, a modo de guinda, otro fragmento de tu tocayo:
"Desde mi punto de vista, la mejor obra poética será la que esté escrita según una obligación social dictada por el KOMINTERN (Comite General), que tenga como objetivo final el triunfo del proletario, transmitida mediante palabras nuevas y comprensibles para todo el mundo, realizada en una mesa bien equipada y entregada a la editorial por avión. Por avión, insisto, porque uno de los factores que más influye en nuestra industria es la poesía del momento."
Un saludo,
ernesto
PD. Sé que hablar en términos esencialistas de "la poesía es", "la poesía no es", está cargado de prejuicios no siempre fundamentados y otorga a mi discurso de un hálito de dogmatismo bastante desaconsejable. Sin embargo, pienso que es más útil, para una mejor comprensión, poner las cartas sobre la mesa con toda su crudeza, y no se me ocurre mejor modo que el utilizado.
Vladimir,
tienes un nombre egregio donde los haya. Me remite al camarada Lenin y, más pertinentemente para nuestra discursión, al camarada Maiakovski. Te copio un fragmento de su libro "Como hacer versos":
"1. Poesía es industria. De las más difíciles y complicadas, pero, a pesar de todo eso, es una industria.
[...]
4. El poeta debe trabajar a diario para mejorar sus recursos y sobre todo para ir acumulando sus reservas poéticas.
[...]
6. No es necesario comenzar produciendo poesía en serie para obtener un único y brillante verso. Hay que dar la espalda a la futilidad poética tan poco racional. Solo se debe coger la pluma cuando no existe otro medio de expresión que no sea el verso. Solo debemos lanzarnos al trabajo poético en el momento en el que sentimos con nitidez el susurro de una obligación social.
7. Para comprender correctamente la obligación social el poeta debe situarse en el centro de las cosas y de los acontecimientos. Conocer la teoría económica, estar al tanto de la vida real, interesarse por la historia y la ciencia, es para el poeta una parte esencial de su trabajo y un aspecto mucho más importante que los manualitos escolásticos de profesores idealistas que idolatran antiguallas.
8. Para conseguir una mejor y más eficaz interpretación de la obligación social es necesario colocarse a la vanguardia de la clase social a la que pertenece el poeta, y luchar en todos los frentes en los que esté inmersa esa clase. Es necesario romper en mil pedazos el tópico de que el arte es apolítico. Esa vieja leyenda aparece ahora bajo la verborreica apariencia de los grandes cuadros épicos –primero épicos, después objetivos y al final no toman partido-, con un estilo grandioso –primero grandioso, después elevado y al final divino-.
9. Los juicios de azar y el individualista, carente de principios y caprichosa subjetividad del gusto, solamente pueden ser eliminados si consideramos al arte como un oficio.[...]"
En definitiva, para aclarar mi postura. Reniego de toda percepción romántico-estetizada de la creación poética como destino individual realizado ex nihilo por un genio creador (en contra de lo que pensaba Rilke). No confío en ningún tipo de iluminación místico-reveladora de lo real a través del poema. La poesía es perspectivismo e ideología, tiene la marca de su tiempo y de la cultura en que fue producida, ¡ojo!, no he dicho "la marca del autor": el autor es un mero artesano. Desde mi punto de vista la poesía es un oficio fabril ni mejor ni peor que el de la zapatería. Para decirlo con Lautremont "la poesía debe ser hecha por todos" porque forma parte de nuestras actividades cotidianas (junto con comer y dormir) el recrear simbólicamente del mundo, que es en última instancia aquello que realiza la poesía, o lo que es lo mismo: la dotación del sentido. La poesía sólo es un modo sutil e intersubjetivo de producción de sentido tradicionalmente asociado a la palabra, aunque la perfopoesía y la poesía visual demuestran que no necesariamente ha de ser así. Incido en lo de intersubjetivo: la poesía se ocupa del lenguaje, del tipo que sea, esto es, de una institución creada para la comunicación entre los individuos. Comunicar pensamientos y sentidos es su función primordial. No soporto los soliloquios que se marcan muchos poetas que en última instancia no son sino autobiografías versadas. Personalmente, mi espíritu cotilla no llega tan lejos: no me interesa la vida del poeta. Hay cosas más interesantes que transmitir, creo. Por eso, en lo profundo de la cuestión, me es igual que el poeta haya sufrido en sus carnes la soledad o que, como decía Pessoa, "sea un fingidor". Si el poema es bueno lo es en calidad de producto material útil, insisto: productividad e utilidad. Su utilidad se cifra en la capacidad de transformar nuestra percepción de la realidad, aunque ésto es una cuestión ya de gustos. Algunos dirán que la función de la poesía es kathartica o que la poesía tiene como función transmitir sentimientos o hacernos sentir mejor (¿felicidad?). Lo dudo mucho. Para mí la utilidad de un poema se cifra en sus potencialidad transformadora en el plano de lo social. Por eso traduzco a Rilke, pero también, y sobre todo, a Brecht.
Te dejo, a modo de guinda, otro fragmento de tu tocayo:
"Desde mi punto de vista, la mejor obra poética será la que esté escrita según una obligación social dictada por el KOMINTERN (Comite General), que tenga como objetivo final el triunfo del proletario, transmitida mediante palabras nuevas y comprensibles para todo el mundo, realizada en una mesa bien equipada y entregada a la editorial por avión. Por avión, insisto, porque uno de los factores que más influye en nuestra industria es la poesía del momento."
Un saludo,
ernesto
PD. Sé que hablar en términos esencialistas de "la poesía es", "la poesía no es", está cargado de prejuicios no siempre fundamentados y otorga a mi discurso de un hálito de dogmatismo bastante desaconsejable. Sin embargo, pienso que es más útil, para una mejor comprensión, poner las cartas sobre la mesa con toda su crudeza, y no se me ocurre mejor modo que el utilizado.
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