viernes, 1 de febrero de 2013

EL LADRIDO DE UN PERRO ES INTRINSECO AL HOMBRE

TODAS LAS CARNES SABEN A POLLO Y A CERDO

Los decires en el diván: “Ella le sopló la vida con sus susurros”

Bergman filmó Gritos y susurros. El tímpano, el oído -el odio- es 

parte de una pieza que convocó a Sigmund 


Freud y a Jacques Lacan: Hamlet, su padre muere al verterle

 veneno en la oreja ¿Qué música estaba escuchando?

Según un verso de Hesíodo: Mousiké, verter pequeñas libaciones 

de olvido sobre la tristeza. Recuperar la alerta animal nos coloca 

sobre aviso de un daño que nos acecha. La función fálica del 

sonido:

La musa Euterpe lleva en su boca una flauta. Aristóteles, dice en 

la Política, que la musa tiene la boca y las manos ocupadas

 exactamente como una prostituta que sopla con ayuda de sus 

labios y de sus dedos la Physis con el fin de dirigirla a su bajo vientre, a efectos de que él emita su semilla  

La ópera nombra  un hecho; las obras que en Grecia y en Roma 

hacían los esclavos. Esa posición surge cuando escuchamos

óperas. ¿Qué universo instala el sufrimiento sonoro? 

 Ese sufrimiento establece un lazo con la  música:

Música añadida que agujera la tierra, que se dirige sobre todo hacia los gritos que nosotros hemos sufrido sin que nos sea posible nombrarlos, y entonces no sería posible que nosotros hayamos visto su fuente. Son sonidos no visuales, que ignoran la vista, que deambulan en nosotros. Sonidos antiguos que nos han perseguido. No veíamos todavía. No respirábamos aún. Nosotros escuchábamos. ,

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