viernes, 7 de diciembre de 2012

El vómito se controla por un área en el bulbo raquídeo (en la base del cerebro) que tiene el obvio nombre de centro del vómito. Este recibe señales del área postrema, que está detrás de los vómitos por tóxicos, como los que ocurren tras la anestesia. También le llega información, mediante el nervio vago, directamente del estómago y el duodeno: es la responsable de que vomites justo después de una comilona (esas vísceras son muy sensibles a la sobredistensión) o tras beber el sexto tequilazo del tirón (el alcohol es un irritante muy potente, y el estómago se defiende de esa agresión). Otros desencadenantes son el órgano del equilibrio, el aumento de la presión intracraneal, la inflamación de los órganos abdominales, o incluso estímulos visuales u olfativos. Cuando actúa cualquiera de estos, el centro del vómito envía señales que van preparando tu cuerpo para una erupción inminente.

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