sin dejar de considerar la constitución del arte como sistema, léase, entre la crisis contractual de los gremios medievales pasando por la jerarquización académica hasta la autonomía contracultural, indudablemente el proceso del arte es similar al de la religión, la magia y cuanto rito perdido de fertilidad, iniciación, debut y despedida exista. aunque, tengo la impresión que la consideración social de artista mantiene la misma tarjeta amarilla mostrada en los monoteísmos varios y en la letra chica platónica.
domingo, 24 de abril de 2011
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