jueves, 21 de abril de 2011


debo confesar que durante un buen tiempo a monsieur toulouse lautrec le tuve poca fe. por razones benjaminianas, particularmente. pero cuando pude ver sus carteles cachonderos en vivo, despertó ese grafittero que uno lleva dentro. en todo caso, fue con sus fotoperformances cuando le compré totalmente la parada, incluída la del bastón con bar abierto. hay un par de registros muy buenos, como cuando se disfraza ironizando escenas orientalizantes opacando las experiencias victorianas de david wilkie wynfield o ese retrato doble donde está pintándose a sí mismo, en una acción de arte "asistida" por maurice guibert que respira a pasado y a futuro.

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