domingo, 3 de abril de 2011
anoche la cosa se volvió ciertamente espesa. acudimos a ver el "Woyzeck" de Georg Büchner al María Guerrero. Elena llevaba el libro del genial escritor, Manuel el Tristan Shandy de Sterne y Ernesto un libro de Salvador Giner por desentonar. A la puerta del teatro leían como posesos. "De foto" dijo la mujer de Luis Gordillo. Daba hasta miedo. La obra, aunque sobre-actuada, volvía a traer a primer plano la impresionante frase del muro gris y la estaca para colgarse. Basta con un párrafo de un escritor de tanta intensidad para eclipsar la basura "nocillera". Luego en un restaurante japonés nos enzarzamos en una discusión bizantina sobre la forma de citar: mayúsculas, coma o punto, ciudad, fecha y página. Los vecinos gritaban y nosotros no nos quedábamos a la zaga. Al final apagaron la luz parecía que nos largaban a la rue pero entonces aparecieron cinco japones, coreanos o lo que fueran con un gofre en forma de besugo y un helado té verde con una vela cantando "cumpleaños feliz". Lo juro no era la continuación de una obra teatral de Ionesco. Era la maravillosa realidad que regala performances improvisados. Manuela se sonrojó porque no se esperaba que aquellos camareros del Janatomo estuvieran dispuestos a celebrar el primer día del resto de su vida. Aunque hoy está gris la felicidad que tengo no podría aumentar. Sobre todo porque escucho "How Can You Mend a Broken Heart" en versión de Diana Krall. Lo dicho "Quiet Nights" y maravillosos amaneceres.
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