sábado, 29 de enero de 2011
eso le decía a él cuando lo llamaba sultán, emir, califa o amo de mi burdel.
LA DIFERENCIA ENTRE LO DICHO Y SU REPETICION ES EL MECHON DE CABELLO NEGRO QUE JAMAS HABIA VISTO Y LO QUE SE ABORDA CON LA DECISION PROPIA DE REALIZARLO UNO MISMO,ESE CABELLO CAYENDOLE POR LA FRENTE. ESA GREÑA QUE DEBIA RECOLOCAR CONSTANTEMENTE LA ENCHUFO PARA SIEMPRE. NO ES LO MISMO ESTAR TODA LA VIDA CHUPANDO QUE TE LA CHUPEN TODA LA VIDA, EL MECHON.
QUE SUERTE QUE LOS REGALOS TE VIENEN A PIE DE ESCALERILLA Gregorio, así se llamaba la “Madame”, en honor de Gregorio Samsa, el protagonista del célebre relato de Franz Kafka, estaba viejo y gordo. Yo ya lo conocí siendo amigo, y socio de su vieja y antigua camarada, Encarnita. Ambos habían compartido aventuras políticas, artísticas, comerciales y sexuales también, porque como ya sabemos, Gregorio, aunque maricón por gusto y porque sí, chutaba con las dos piernas y remataba de cabeza.
“La aceituna de tu frente es el ojo de tu coño”
(el peletero) que miro a base de bien el chocho de la aceituna
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