domingo, 8 de agosto de 2010

ALAS DE ORO

luego serán las cinco de la mañana. el frío redunda en lo que siempre han sido las noches locales. tengo sueño. el oxígeno en mi cabeza no es el mismo que el de hace unas horas. obvio. tremenda novedad. camino arrabaleramente mientras me imagino portando pieles de animales dormilones en busca de la sombra de un parrón con sus frutos maduros y recostarme, escuchando algún manantial a la vuelta de la esquina. ah! y un cuerno en la mano. cómo olvidarlo. la córnea, broders. así creo que le llaman en la jerga docta. estos tipos tienen nombres para todo. el asunto es que me acabo de tropezar con este cibercafé. lo tórrido del lugar pasa rápidamente a otro plano de la realidad al leer los posteos de bizarro. la gasolina que faltaba para llegar a puerto. antes de cerrar el estacionario a mal venir, me vienen a la cabeza un par de citas horny de la muerte de bunny munro. aunque, icológicamente hablando, lo único que veo son alas negras por doquier.

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