jueves, 19 de agosto de 2010



no tengo del todo claro si es necesario insistir en esta analogía, pero para comprender las señales que propaga el arte, no resulta tan extraño albergar la sospecha que la experiencia artística es algo así como soñar. dicen que el sueño es la forma más completa de reposo físico y mental. pensándolo bien, no sería una mala definición para lo que quiero redactar. el mayor problema que encontramos en experimentar el arte podría ser la deriva de habitar el sueño de alguien específico -el artista, el poeta, el filósofo- con sus fantasmas pasados, presentes y futuros. sueños admitidos o no en voz alta. lo que puede funcionar en un plano conceptual, pero un esfuerzo que el espectador debe ser perfectamente consciente cuando decide empatizar con la obra.

Cfr. There Will Be Blood (Paul Thomas Anderson, 2007)

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