viernes, 20 de agosto de 2010

Dos poemas de Natalia Litvinova

DÍAS COMO NINGUNO

las pestañas de mi madre roen el cielo.
detrás de su espalda, la implosión del jardín,
la hierba embebida de sol, a punto de caer el pino.
mi padre se pone su gorro de cuero,
entorna los ojos ante lo que ciega,
abre la puerta, entra en la nieve
y todos los días no regresa blanco.
desde entonces no hago poemas,
tan solo invierto nombres,
voy arando campos
para desentrenar
a los soldados de mi guerra.


DESEOSA

espanto mi ceguera
cansada de ver
el pasillo infinito
del desarraigo.
deseosa de no buscar
lo que encuentro
y aguardar
lo que se busca
para descansar
mi idea perra
de ser la correa
del tiempo.

1 comentario:

  1. Deseosos los ojos vuelven hacía su inevitable tinta, las pestañas huelen lo que han visto y transformado las manos,

    un abrazo desde Buenos Aires,

    Natalia L.

    ResponderEliminar