"Necesitamos recordar las figura de la memoria como almacén en el que la experiencia queda "depositada" (a veces para acumular "interés") y la de la tecnología de la memoria caracterizada como un instrumento para "sacar" esos depósitos según demanda. La descripción de Cicerón de la invención de la memoria artificial en De Oratore cuenta la historia de la invención de la memoria como la historia de una riña desgraciada, al no haber dado al poeta/retor (y supuestamente) a los dioses lo que les correspondía. Simónides dedica la mitad de su poema a los dioses gemelos Castor y Polux y la otra mitad a su patrón, Escopas, que con tacañería se niega a pagar por el gemelo completo y le dice a Simónides que le pida la otra mitad a los dioses. Un sirviente llama entonces a Simónides, diciéndole que dos jóvenes le esperan fuera. Mientras Simónides está fuera, el salón del banquete se derrumba, aplastando a Escopas y a sus huéspedes, dejando sus cuerpos desfigurados e irreconocibles para todos menos para Simónides, que es capaz de indentificar los cuerpos porque había estado utilizando los lugares arquitectónicos de la sala como un sistema de memoria para sus propias recitaciones. El palacio de la memoria del halago, la celebración lírica y la generosidad libre se habían transformado en un mortuorio; la memoria de las palabras da paso a una re-memoración (re-membering) de cuerpos desmembrados (dismembered)" (W.J.T. Mitchell: Teoría de la imagen). La memoria-como-casa-de-cuentas o, peor, como morgue o escena del crimen. Rememorar como práctica pericial. CSI(mónides). En realidad Simónides no estaba, como pretende Mitchell entregado a la "generosidad libre", al contrario no dejaba de pensar en lo que se le "debía". Tal vez no había ningún joven esperándole fuera sino que, indignado por el maltrato de Escopas, decidió vengarse. La venganza dejó los platos fríos, sabía de sobra donde estaban los cadáveres. El poeta es el conspirador de la demolición del espacio común. Su mente no es el almacén de los relatos sino el mapa de las deudas contraidas. Culpa-deuda-mala conciencia (Nietzsche sin aditivos). Los cuerpos desfigurados y minuciosamente identificados por Simónides marcan la escena primitiva de una "memoria histórica" que es forense por naturaleza.