Me gusta esta foto de Mies van der Rohe. La arquitectura no se enraiza, está suspendida, o mejor dicho: flota. El placer inigualable de que tu culo se encuentre -en apariencia- alejado del suelo, a la distancia prudencial de la etiqueta burguesa y no por ello con el desenfado del puro aristocrático. Un hombre cansado pero, repito, suspendido por el acero estilizado y el cuero tenso. Chúpate esa Heidegger.
viernes, 6 de agosto de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario