sábado, 13 de febrero de 2010



Parece un gran cementerio de árboles. A medida que ingreso en el predio, esa negativa visión va cobrando una forma bien distinta: es la forma del la vida. Me encuentro a 1500 metros sobre el nivel del mar, en una de las laderas del cerro Piltriquitrón, en El Bolsón, y me cuesta creer cómo de un lugar incendiado nació un bosque tallado.

Se trata de las 31 esculturas realizadas sobre troncos que se salvaron del abrasador fuego que azotó al bosque de lengas del cerro en el año 1982. El Bosque Tallado es el producto de la iniciativa de un grupo de artistas que sintió el grito de la Tierra y que, con esfuerzo y dedicación, organizó encuentros nacionales de talla en maderas en el predio, intentando mostrar la intimidad de aquéllas, desparramadas por el suelo.

Lo cierto es que hoy, este acontecimiento cultural único, se convirtió en un atractivo turístico insoslayable y en uno de los sitios más visitados por los turistas que pasan por la “comarca andina del paralelo 42”.

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