lunes, 8 de febrero de 2010

De poesía y compromiso (otra más)



Ah, Pavese. Poeta y partisano, tú que tanto amaste esa América, que lloraste no ya a Italia sino al hombre mismo, que cantaste a la tierra, a la justicia y al amor. Y que te fuiste ―claro― de un portazo. También tú, querido amigo, tienes un sitio en esta nuestra trinchera.

Verrà la morte e avrà i tuoi occhi

Verrà la morte e avrà i tuoi occhi-
questa morte che ci accompagna
dal mattino alla sera, insonne,
sorda, come un vecchio rimorso
o un vizio assurdo. I tuoi occhi
saranno una vana parola,
un grido taciuto, un silenzio.
Così li vedi ogni mattina
quando su te sola ti pieghi
nello specchio. O cara speranza,
quel giorno sapremo anche noi
che sei la vita e sei il nulla

Per tutti la morte ha uno sguardo.
Verrà la morte e avrà i tuoi occhi.
Sarà come smettere un vizio,
come vedere nello specchio
riemergere un viso morto,
come ascoltare un labbro chiuso.
Scenderemo nel gorgo muti.

Cesare Pavese


Vendrá la muerte y tendrá tus ojos

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Esta muerte que nos acompaña
de la mañana a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un vicio absurdo. Tus ojos
serán una vana palabra,
un grito acallado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando te inclinas a solas
ante el espejo. ¡Oh querida esperanza,
ese día también nosotros sabremos
que eres la vida y la nada!

La muerte tiene una mirada para todos.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como dejar un vicio,
como ver surgir del espejo
un rostro muerto,
como escuchar unos labios cerrados.
Bajaremos mudos por el torbellino.


A tu salud, camarada.


[Gracias por el vídeo, Michele]

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