martes, 13 de julio de 2010

esto de la selección española de fútbol es un coñazo. No aguanto más. Lo juro. Tanta empanada de banderás, tanto eufemismo, retórica apolillada y petardeo melodramático. Lo pasé mal viendo el partido. Disfrute cuando ganaron. Pero BASTA. Me toca los cojones el entusiasmo patriótico-futbolero. Nos hemos refugiado en Vegas de Matute donde parece que los pinos y los pájaros, de momento, no participan del "evento". La imagen de Zapatero saltando o con la copa era ya suficientemente repugnante. Solo faltaban Esperancita Aguirre, Rajoy y Fraga. Incluso los cánibales del bizarrismo hemos sido víctimas de esta marea delirante. Propongo una seria cuarentena. Todo el que tenga una vugucela o como se escriba que la queme, por caridad. El que se haya enfundado en una bandera también tendría que abstenerse de tan patético disfraz durante una década. Regresad, estimados amigos, a las viejas y buenas costumbres. Como puedo apreciar el único que está a su bola es Domingo (padre) que toma estas fechas como buenas para bautizar al Virrey. Querido compadre, sabes que estoy cerca: mata un cabrito y vente corriendo para acá que entre los dos montaremos podremos recuperar la costumbre montaraz. Solo una guerra de guerrillas, el comportamiento intempestivo de los partisanos, podrá desmantelar el pastelón de la fubtolitis. De verdad, pasad de ese caliz amargo, regresad, aunque sea en medio de los calores, a los cuarteles de invierno.

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