jueves, 17 de junio de 2010

Esta noche, viendo un programa que ruboriza "Mujeres Ricas", recuperé a un bizarro en medio de una conversación de dos pijas estratosféricas. Una argentina con más cirugía plástica de la que uno pueda imaginarse le dijo a otra española de idéntica mutación: "Mi hijo pintor tiene por mánager a Uri Geller". La interpelada puso cara de steak tartar. Tremendo. Uri Geller resulta que está metido, de alguna manera, en el mundo curatorial. Hay que contactar con él ya. Es lo máximo. Recuerdo como si fuera ayer la noche del pasado en la que junto a Iñigo dobló la famosa cuchara y pidiero que lo hiciéramos en casa. Se le pegaban los tenedores al pecho y en frente una espumadera. Este tendría que haber sido parte de alguno de los dos tomos de referencia ("Materile" y "Matute"). Queridos amigos, no dejemos pasar la ocasión: repito, hay que contactar al magnetizador, al gerente, al mentor, al prodigio humano.

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