jueves, 17 de junio de 2010

"Al nivel de la fantasía, Gates es un insignificante maleante subversivo que se ha apoderado y se hace pasar por un director respetable. En Bill Gates, el Small Brother, el tipo ordinario coincide con y contiene la figura de un malvado que quiere el poder total sobre nuestras vidas. En las primeras películas de James Bond, el genio malvado era un sujeto excéntrico, vestido extravagantemente o alternativamente vestido con el uniforme gris de un comisario maoísta. Con respeto a Gates, esta charada ridícula ya no se necesita—al malvado todo el mundo puede verlo, es el de la casa de al lado." (Zizek)

Iniesta me recuerda a Bill Gates, o a Superman. Hombre ordinario y bastante corriente que se trasforma en superheroe con una simple modificación de vestuario. No sé como jugó el otro día. Pero creo que casi le revientan la rodilla (o, para abreviar, el lugar donde se había lesionado). Todo superheroe tiene su criptonita.

La selección española es como un horganillo viejo, hay que darle a la manivela para que salga el sonido. De tanto en tanto suena, y no veas como suena. Su criptonita es la pretenciosidad. Hasta entonces, ese momento del estallido, el más secreto de los mutismo. ¿Soluciones?

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