martes, 29 de marzo de 2011

Wikileaks par Zizek


"La apropiación liberal de Wikileaks la reduce a otro capítulo en la gloriosa historia de la lucha por “la circulación libre de información” y por el “derecho a saber de los ciudadanos”. En última instancia, Wikileaks es simplemente un caso más radical de “periodismo investigativo”, de esos entrañables liberales que luchan por la libertad. De tal caracterización hay un pequeño paso a la ideología de los bestsellers y de los éxitos de Hollywood, desde Los hombres del Presidente hasta Pelican Brief, en que un par de tipos comunes desentierra un escándalo que alcanza hasta al Presidente, forzándolo a renunciar. Aunque se muestre que la corrupción alcanza los niveles más altos, la ideología radica en el mensaje final positivo de estas obras: qué gran país es el nuestro en el que un par de personas ordinarias como tú y yo pueden hacer caer al Presidente, ¡el hombre más poderoso del mundo!

Pero desde el principio, había algo en la actividad de Wikileaks que iba mucho más allá del tópico liberal de la circulación libre de la información. No deberíamos buscar este exceso a nivel del contenido. Lo único verdaderamente sorprendente de las revelaciones de los Wikileaks es que no hay nada sorprendente en ellas: ¿no nos enteramos exactamente de lo que esperábamos enterarnos? Lo único perturbado fueron las apariencias: ya no podemos pretender que no sabemos lo que se sabe que sabemos. Esta es la paradoja del espacio público: aún si todos conocen un hecho desagradable, decirlo públicamente lo cambia todo. Si estamos buscando predecesores de Wikileaks, deberíamos recordar que una de las primeras medidas del gobierno bolchevique en 1918 fue hacer público el corpus entero de la diplomacia zarista, todos los acuerdos secretos, las cláusulas secretas de los acuerdos públicos, etc. Allí, además, el blanco no fue solamente el contenido, sino todo el funcionamiento del aparato de poder estatal. (Dos décadas después, desde luego, Stalin mismo contribuyó con un caso ejemplar de diplomacia secreta, con las cláusulas secretas sobre el reparto de Europa del Este que suplementaban el pacto público de Ribbentrop-Molotov de 1939).

Lo que Wikileaks amenaza es el modo formal de funcionamiento del poder: la más recóndita lógica de la actividad diplomática fue de alguna manera deslegitimada. El verdadero blanco fueron no solamente sucios detalles y los individuos responsables de ellos (que eventualmente serán reemplazados por otros, más honestos), o, más sucintamente, no aquéllos en el poder, sino el poder mismo, su estructura. No deberíamos olvidar que el poder incluye no sólo sus instituciones y reglas, sino también las formas legítimas (normales) de desafiarlo (la prensa independiente, ONGs, etc.). Como Saroj Giri lo dijo, los activistas de Wikileaks “desafían el poder al desafiar los canales regulares de desafiar el poder y de revelar la verdad”.[8] Las revelaciones de Wikileaks no están dirigidas a nosotros, los ciudadanos, sólo en tanto individuos descontentos hambrientos de conocer los secretos sucios de lo que pasa a puerta cerrada en los corredores del poder; su objetivo no es sólo exponer y avergonzar a aquellos en el poder. Lo expuesto por Wikileaks supone además un llamado a movilizarnos en una larga lucha por lograr un funcionamiento diferente del poder, que vaya más allá de los límites de la democracia representativa."
(Slavoj Zizek)

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