miércoles, 23 de marzo de 2011

The Incredible Two-Headed Transplant

Los vecinos del bloque de enfrente son peor que los monster, ayer se cogieron un pedal en familia y se metiron en la puerta de casa a cantar y dar la serenata hasta que vino la policia, hoy van por el mismo camino, NORTHSIDE TITIS Y Claude Rains,

Un misterioso doctor descubre un suero que le hace invisible y con el fin de ocultar su descubrimiento, se esconde en una aldea inglesa a la que llega cubierto de vendajes y con gafas de sol. Sin embargo, la misma sustancia que le hace invisible va impulsándolo también, poco a poco, a cometer actos brutales y atroces. El Hombre Invisible, basada en la célebre novela de H. G. Wells y dirigida por el maestro del género macabro, James Whale, propulsó toda una serie de continuaciones, y sus efectos especiales siguen siendo imitados en la actualidad.



Me gusta caminar despacio, pero no puedo. Siempre camino aprisa. Y es absurdo. Si tengo el rumbo perdido, ¿para qué me apuro? Bueno, seguramente por eso mismo: estoy tan aterrado que corro sin cesar. Me da miedo detenerme un instante y descubrir que no sé dónde coño estoy.
Entré por Las Vegas. Es eterno Las Vegas. Siempre va a estar ahí, es el lugar donde ella cantaba boleros, con el piano en la oscuridad y las botellas de ron y el hielo. Todo. Como siempre. Es bueno saber que algunas cosas no cambian. Me soné dos cuerazos de ron. Había mucho silencio y mucho frío y mucha oscuridad. Tanto calor y humedad y tanta luz ahí fuera. Y tanto ruido. Y de pronto todo cambia cuando entras a este cabaret. En realidad es una sepultura con el tiempo detenido para siempre. Me senté un instante y ya el cerebro se dispara a pensar.




Me soné otros dos cuerazos de ron. Estaba sabroso. Yo me puse sabroso, quiero decir. El ron no tanto. Sabía a diesel. Y fui para la ruleta rusa. Me quedaban siete dólares y veintidós pesos. No está mal. He estado mucho peor y siempre salgo a flote.

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