EL BOCADILLO ¿Mi perra caza coños peludos?
A continuación procedo a relatar un suceso que tuvo lugar la semana pasada y que aún hoy déjame desconcertado. Por ello recurro al siempre sabio foro.
Caminaba yo con mi perreta de vuelta a casa tras ir a dar un paseo. Una podenca rubia que es la envidia del barrio, muy juguetona y rápida como ningún otro perro, aunque un poco miedosa. Los viejos siempre me preguntan que de dónde la he sacado. De mi pueblo, de mi pueblo, es cazadora, contesto con orgullo. Atravieso la terraza del bar de al lado de casa mientras por los cascos suena mi mp3 a todo volumen. Noto que me dirigen la palabra desde la única mesa con gente, ocupada por tres gitans. Uno, macho alfa; otra, hembra; la tercera persona, indefinida. El bigote contradice el hecho de que tenga un crío de apenas unos meses en brazos y unas tetas como mi cabeza.
- ¿Perdona?
- Que si es conejera -dice el tipo.
- Sí, sí, conejera.
- O sea, que caza conejos, coños...
- Ehh -dudé- sí, conejos.
- Y coños. Coños peludos, ¿no?
- Pero coños...
- Sí, claro, coños peludos.
- Bueno, yo sé que conejos sí.
- Que así se llaman, coños peludos.
- Jeje, bueno. ¡Hasta luego!
Grosso modo así fue la conversación, duró algo más porque las palabras coños peludos fueron repetidas varias veces más hasta el punto que mi imaginación echó a volar irremediablemente hacia imágenes bastante bizarras y repugnantes.
Seguí hasta casa con cara de circunstancias, entre la risa y el desconcierto. ¿Tendría ese ilustrado de la etnia amiga vasto conocimiento sobre los artes de la caza o se rió en mi cara Carlos Jimenez? Bueno, al menos yo también pasé un buen rato.
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