el otoño hace lo suyo mientras, enfrascado en una pérdida de tiempo para algunos, desdeñé todo lo que se cruzaba en mi camino y devoré los poemas selectos de asger jorn. ese cuadro de feria intervenido a puro estómago hizo que volviera sólo por un momento a una pax romana. habían dos tarros de pintura, uno blanco y otro negro. lo pensé y me dije en una de esas sale la bronca, acumulada en clave del paso. nada personal con tucumán arde pero en estos instantes, en mi línea de tiempo, sólo hurgo los puñetes luminosos entre jorn y debord, y todos los demás. hayamos estado ahí o no. disparo en el pecho incluído.
lunes, 21 de marzo de 2011
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