jueves, 24 de marzo de 2011
es la 1 y cuarto de la noche. Por fin se mueven los dos policías. Resulta que bajan, casi correteando unas escaleras de caracol. ¿Juegan o están locos? Hoy escuché a media tarde un ruido atronador. Caía sobre Sao Paulo el Diluvio Universal. Primero granizo, luego una lluvia torrencial. El poli del chaleco anti-balas del piso frente al mío ni se inmutaba cuando parecía que el cielo se venía abajo. Tenía la ventana abierta en horizontal y creaba una suerte de catarata que se precipitaba sobre la Avenida Paulista. Decidí también abrir mi ventana y, como ya no podía más, pegué un grito para intentar llamar su atención. Giró el rostro, apenas un segundo y, con un mirada cansina, retorno a su posición fósil. Memorable.
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