jueves, 31 de diciembre de 2009


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Este aristocrático sacacorchos, obra de los diseñadores de Oneofonehundred, es una mezcla de engranaje de relojería, elegante steampunk y máquina de Rube Goldberg. Y es todo lo contrario que el principio de la navaja de Ockham: hace complicadísima una cosa muy sencilla. No se sabe el precio, pero rondará entre muy caro y caro de narices, a juzgar por los ilustres invitados a su presentación, Bono y el príncipe Alberto de Mónaco entre ellos, y por ser una serie limitada. Sólo harán 100 de ellos (ya sabes, 0neofonehundred).



Más allá del steampunk
Lejos de ser sólo un subgénero literario de ciencia-ficción, el steampunk se ha trasladado al mundo del cine (Wild Wild West, La liga de los hombres extraordinarios o incluso Regreso al futuro III); al de animación, con películas como El castillo ambulante o Steamboy, o series como Last Exile; a la novela gráfica o cómic (SteamPunk o La Liga de los Caballeros Extraordinarios), o al mundo del videojuego (con títulos como TimeShift o los «Vinci» del juego Rise of Legends así como la exitosa saga de Thief, o el esperado título para Wii Epic Mickey), y por último la película y el comic de Van Helsing un cazador de vampiros que lucha contra los monstruos de la época victoriana, muy similar en la mezcla que hace de varios monstruos de novelas de aquella época.

Se debe mencionar también a la subcultura que mueve este género conocido como steampunk, el neo-victorianismo, un más que barroco conjunto de tópicos de esta era que juegan y conviven con elementos actuales.

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