Raudo y veloz, salido de las catacumbas, con los bolsillos llenos de dinero. Sin pagar a nadie, no pierdo más el tiempo, porque tengo mucho que mirar y que tocar, entre ellos la bandurria, la que está siempre en el suelo, pegada a la mano como si fuera Dios y el hombre.
kiero la analogia de raudo y velos D:
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