domingo, 22 de noviembre de 2009

"Pero yo estoy prevenido. Soy psiquiatra y eso significa prevención profesional frente a todas las manifestaciones psíquicas. Por ello advierto al lector que la tragicomedia humana media, el lado sombrío y frío de la existencia y el gris turbio del nihilismo psíquico son mi pan cotidiano, melodía monótona, insípida y sin atractivo. Nada de todo eso me conmueve ni me emociona, puesto que profesionalmente he tenido que remediar estados lamentables con demasiada frecuencia. Mi obligación es hacer siempre algo contra ellos y la compasión sólo la prodigo coando no se me vuelven las espaldas. Ulises me volvía las espaldas" (Carl Jung). En su libritó titulado "¿Quién es Ulises?" confiesa que el libro le rechazó en demasiadas ocasiones, esto es, que se quedaba dormido y, finalmente, no comprendía nada. Parece ser que al llegar a la página 135 entró definitivamente en un sueño profundo. Me entero que en esa página se habla de "una pétrea efigie en helada música, cornuda y terrible". No hay sabiduría profética menos soportable. En ese libro encontró una satánica inversión de lo absurdo, de la belleza en fealdad, la semejanza de lo insensato con lo que tiene sentido, y la en verdad excitante belleza de lo horrible. También en las páginas enfebrecidas de Joyce se produce un desprendimiento de la conciencia y advertimos que hay un camino o un merodeo posible para el yo descentrado. Ese texto está plagado de cinismo e incluso de maldad. No se puede leer sino a lo largo de los años. En una mesita de noche está de más. "Quiere parecerme ahora como si todo lo negativo, lo impasible, lo fútil y extravagante, lo grotesco e infernal, fueran virtudes positivas de la obra de Joyce, que obligan a alabarla. El terrible tedio y la espantosa monotonía de un lenguaje de impondrable riqueza y millones de facetas y de capítulos que se arrastan largos como tenias, es épicamente grandioso, un verdadero Mahabharata de la impotencia en un mundo tortuoso y de sus bajos fondos diabólicamente dementes". Jung había peleado con el libro, intentando comprender todo en el Macro-Caos-Cosmos. ¿Quién es, entonces, Ulises? El compendio de las particularidades placenteras y repugnantes, un yo voluminoso o, mejor, un gordo infecto que en algún momento soñó con la posibilidad de ser un artista.

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