domingo, 15 de noviembre de 2009

“Bienaventurados –dijo Isaac de Nínive, un monje nestoriano del siglo VII- aquellos cuyo viaje a través del océano transcurre sin obstáculo”. Acaso la esperanza, si tal palabra no suena ya anacrónica, comience a dibujarse, con timidez, de una forma poéticamente leve, en ciertas visiones fotográficas de nuestra naturaleza inhóspita: tenemos que volver a la escena primordial, afrontar el descamino, estar abiertos a lo diferente, sólo así podremos liberarnos, catárticamente, de un tiempo desquiciado. Hay que afrontar el completo extrañamiento del mundo.

1 comentario:

  1. La soledad le hizo decir a Isaac de Nínive tantas cosas ... Cabe la posibilidad que en la dieta de todo caníbal no se encuentre mayor obstáculo que el descamino light.

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