Una equivocación llevó a una familia argentina a velar y sepultar al que creían que era su familiar, quien apareció vivo seis días después.
Arturo Montecinos, de 46 años, vecino de la ciudad de Neuquén, en el suroeste del país, discutió el pasado 2 de diciembre con su mujer, tomó su auto y se fue de su casa. Posteriormente, dejó su vehículo abandonado en una zona deshabitada, con su teléfono móvil dentro.
Tras la denuncia por la familia de su desaparición, la policía encontró el pasado domingo el coche abandonado y un cadáver, que fue reconocido como el de Montecinos por su mujer y su hija a partir de cicatrices en el brazo y en el abdomen, dado que el rostro estaba irreconocible.
La esquela fúnebre salió publicada en el diario local, jornada en la que el cadáver fue velado y sepultado en un cementerio privado.
Pero ese no era el cadáver de Montecinos, quien al día siguiente regresó a su barrio, en medio del susto que se llevaron los chicos que jugaban en la calle y el desmayo que sufrió su mujer al verlo entrar en casa.
Al hablar con la prensa de Neuquén, el hombre no dio explicaciones de su ausencia y sólo dijo que pasó unos días con amigos junto a un río de la zona.
'Todavía no puedo creer que me hayan velado y hasta me da vergüenza salir a la calle', relató Montecinos.
sábado, 11 de diciembre de 2010
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