En unas horas más, será el lanzamiento oficial de LIVE IN SALAMANCA (TRIENAL), después del último exámen de la Cátedra DSB y cierre de este movido año académico 2010. Poco antes de todo esto, dicté la última microconferencia de la temporada. Fue sobre el por qué de la imposibilidad de artistas como Leon Ferrari y mucho menos de un Domingo Sánchez Blanco en el arte chileno. Como que no cayó en gracia lo expuesto. Pero qué diablos querían escuchar los tipos en la microconferencia si la oficialidad, la oposición y la disidencia de por acá se la han pasado eludiendo (o encubriendo) pelotudamente las consecuencias del crecimiento desregulado de las escuelas locales de arte y el matonaje académico de artistas y agentes culturales. No por casualidad quise empezar la cháchara leyendo unos extractos de un libro publicado en 1878 sobre Ingres, escrito por Éugene Amaury-Duval. Quise destacar cómo este discípulo del hipersensible neoclasisista, cuando informa del modus operandi de la academia de entonces, parece que estuviera describiendo la situación actual del arte chileno. Esa onda con los déja-vú.