martes, 21 de diciembre de 2010

"que el mundo fue y será una porquería ya lo se, en el quiniestos diez y en el dos mil también, que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos, contentos y amargaos, valores y doblez. Pero que el siglo XX es un despliegue de maldad insolente ya no hay quien lo niegue, vivimos revolcaos en un merengue y en el mismo lodo todos manoseaos. Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, pretencioso, estafador. Todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor, no hay emplazaos, ni escalafón, los inmorales nos han igualao. Si uno vive en la impostura y otro afana en su ambición, da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón. Que falta de respeto, que atropello a la razón, cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón, mezclaos con Toscanini, Ringo Star y Napoleón, Don Bosco y la Miñon, John Lenon y San Martín. Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches se ha mezclao la vida y herida por un sable sin remache vez llorar la Biblia junto a un calefón. Siglo XX cambalache problemático y febril. El que no llora no mama y el que no afana es un gil, dale no más, dale que va, que allá en el horno se van a encontrar, no pienses más sentate a un lao que a nadie importa si naciste honrao. Si es lo mismo el que labura noche y día como un buey que el que vive de la minas, que el que mata que el que cura o el que está fuera de la ley". Mi tiro casi un cuarto de hora con el pause dale y dale escuchando a Caeta Veloso cantando Cambalache y transcribiendo el famoso tango de Enrique SAntos Discépolo. De pronto pienso que tal vez la letra está en el CD y compruebo que así es. No hay mejor trabajo que el inútil. En cualquier caso escuchar un montón de veces otra vez este cambalache me hace bien. No hay nada más bizarro.

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