La guerra de las audiencias se ha cobrado una víctima de 23 años en Alemania. En estos momentos yace en la Clínica Universitaria de Dusseldorf, bajo un coma inducido, y habrá que esperar un par de días «para constatar» si las lesiones en la columna y médula espinal le condenan de por vida a una silla de ruedas. Así de claro se mostró el pasado domingo Wolfgang Raab, director del centro hospitalario, tras dos horas y media de operación. Mientras tanto, los telespectadores germanos van a seguir pegados al televisor. Jamás había ocurrido nada parecido en vivo y en directo.
El joven se llama Samuel Koch y era la estrella de 'Apostamos a que...', un programa familiar que bate récords los sábados por la tarde en el canal público ZDF. Se había comprometido a saltar -propulsado por unos resortes elásticos sujetos a sus pantorrillas- sobre cinco coches en marcha. El cuarto estaba previsto que lo condujera su padre, Christoph Koch, uno más del equipo que se jugaba los cuartos a que su hijo lo conseguía. «Estoy terriblemente nervioso», había confesado al diario 'Badischen Zeitung'. El pobre hombre se iba a poner al volante de un espléndido Audi 8 y -según detalla el 'Frankfurter Allgemeine' y las imágenes lo confirman- aquel fue precisamente el automóvil fatídico. Su hijo se golpeó contra la luna, se desequilibró en el aire y se estrelló contra el suelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario