"Esta época no necesita de ninguna incitación adicional a la acción. la filosofía no puede ser convertida en propaganda, ni siquiera de cara a los mas nobles fines. En el mundo hay ya propaganda más que suficiente, hasta el punto de no poder significar ni proponerse el lenguaje nada que vaya más allá de la propaganda. Por eso algunos lectores de este tratado creeran que representa una propaganda contra otra propaganda, e interpretarán en cada palabra como una señal, una consigna o una receta. Pero la filosofía no está interesada en impartir ordenes. La situación espiritual es tan confusa que incluso esta proposición puede a su vez ser interpretada como el necio consejo de no obedecer a mandato alguno, ni siquiera en el caso de que la salvación de nuestra vida dependiera de él. En realidad puede ser interpretada como una orden dirigida contra las órdenes. Si la filosofía ha de rendir algo, su primera tarea debe consistir en alzarse por encima de esta situación." (Max Horkheimer: Eclipse of reason)