domingo, 12 de diciembre de 2010

Vuelvo a ver OCHO Y MEDIO. ¡Locurillas para mi colección! Se podría establecer una genealogía de la pasión circense por buena parte del cine europeo. Kusturica sería indispensable, claro. De hecho, se podría decir que en Europa las dos corrientes cinematográficas pre-Nouvelle Vague de mayor calado teórico y autorreferencial son: a) la corriente nórdica que pone en conexión los poderes del cine con los de la iluminación religiosa (Dreyer, por supuesto), y b) la corriente italiana y sus radiales, dentro de la cual se situaría Fellini como cabeza visible de los postulados bufonescos. Estoy reduciendo mucho las cosas, claro.

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