miércoles, 29 de diciembre de 2010
I Heard Her Call My Name
Por alguna rareza acústica, las esculturas muertas de la
playa habían revivido, y volví a oír los frágiles y
fantasmagóricos ecos del último grito de Charles Van Stratten
antes de que lo matasen los insectos enjoyados. Por toda la
casa desierta las estatuas recogieron el débil estribillo, y
lo repitieron en las galerías vacías y las terrazas
alumbradas por la luna, y lo llevaron hasta las bocas de los
arrecifes de arena, última música oscura de la noche pintada.
(J.G.Ballard)
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