"Ya no se puede cumplir la premisa kantiana de una moral de la naturaleza experimentada inocente y estéticamente, pues la imaginación es la potencia mercantil del pensamiento cuando éste, a su vez, es la planificación matemática del terror. La imagen articula la mimesis y la racionalidad de lo existente desplazando al arte de la función de verdad que inauguró la Ilustración, pero lo existente necesita una diferencia de sí mismo, una otredad deseada por consumidores que desean escapar a la instrumentalización de los cuerpos, la vigilancia y la domesticación de los afectos."
[Carlos Ossa Swears]
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jueves, 23 de septiembre de 2010
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