domingo, 26 de septiembre de 2010
Cariceo, larga vida al ruido secreto y tóxico de las azoteas. Me alegra, no te imaginas cómo, ver la imagen de Domingo zapateando en una mediana de Santiago de Chile. El arte, decía Utray, es hacer con lo que hay lo que no hay. Nada nos apetecía más a Domingo y a mí que estar contigo unos días en Chile pero toda clase de circunstancias nos han mantenido lejos. Sin embargo, al ver la proyecciones comprendo que todo sucede de acuerdo al mejor azar. Mallarmé no deja de ayudar a los que arriesgan. Cariceo, a la manera duchampiana, has conseguido hacer saltar la banca. Un abrazo en forma de roto-relieve. Tu amigo. Fernando.
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