'Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu partida, ya porque vuelvas luego; pues quizás no te valgan el cetro y las ínfulas del dios. A aquélla no la soltaré; antes le sobrevendrá la vejez en mi casa, en Argos, lejos de su patria, trabajando en el telar y compartiendo mi lecho. Pero vete; no me irrites, para que puedas irte sano y salvo'.
jueves, 20 de septiembre de 2012
EL DE LOS PIES LIGEROS
APRETADA LA COLA Y LOS ORIGENES DEL PLACER DE LA DELGADEZ,
OBRAS MINIMAS. EMPUJAMOS LOS NUEVOS ABISMOS COMO AFIRMAMOS
DIARIAMENTE EN NUESTRAS HABITACIONES, EN NUESTROS DESCAMPADOS TAPIZADOS
CON NUESTROS FLUIDOS CONCORDANTES, SOMOS MAESTROS BASUREROS DE CIENAGAS Y
DE HUESOS EXCLAVIZADOS POR LA COLERA DEL PÉLIDA AQUILEO.
'Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu partida, ya porque vuelvas luego; pues quizás no te valgan el cetro y las ínfulas del dios. A aquélla no la soltaré; antes le sobrevendrá la vejez en mi casa, en Argos, lejos de su patria, trabajando en el telar y compartiendo mi lecho. Pero vete; no me irrites, para que puedas irte sano y salvo'.
'Que yo no te encuentre, anciano, cerca de las cóncavas naves, ya porque demores tu partida, ya porque vuelvas luego; pues quizás no te valgan el cetro y las ínfulas del dios. A aquélla no la soltaré; antes le sobrevendrá la vejez en mi casa, en Argos, lejos de su patria, trabajando en el telar y compartiendo mi lecho. Pero vete; no me irrites, para que puedas irte sano y salvo'.
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