jueves, 6 de septiembre de 2012

El anhelo de lo infinito. BLNCHT MSTRKRFT PLUS DJFSSMN



el deseo pensado bajo la categoría de la carencia, de lo negativo; y el deseo
producido en palabras, sonidos, colores, volúmenes, bajo la idea de los procesos
positivos. El deseo de algo, el deseo simplemente. El deseo que en el vacío modela
el doble (el fantasma, el sosias, la réplica, el holograma) de lo que le falta, el deseo
como trabajo, metamorfosis sin finalidad, juego sin memoria. Hay en Freud varias
acepciones (Lyotard, 1981: 265, en cursiva).


Escribir comienza con la mirada de Orfeo, y esa mirada es el movimiento del
deseo que quiebra el destino y la preocupación del canto; y en esa decisión inspirada
y despreocupada alcanza el origen, consagra el canto. Pero para descender hacia ese
instante Orfeo necesitó el poder del arte. Esto quiere decir: no se escribe si no se
alcanza ese instante hacia el cual, sin embargo, sólo se puede dirigir en el espacio
abierto por el movimiento de escribir. Para escribir ya es necesario escribir. En esta
contradicción se sitúan la esencia de la escritura, la dificultad de la experiencia y el
salto de la inspiración (1992: 166).


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