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La articulación activista y académica del arte al revisar conocimientos sobre el arropamiento de la industria del entretenimiento por el cortar y pegar imágenes recicladas, no puede pasar por alto la disección de Warner Bros con las convenciones y subversiones de sus cortos animados: los compilados Bugs Bunny Superstar (1975), The Bugs Bunny/Road Runner Movie (1979), The Looney Looney Looney Bugs Bunny Movie (1981), 1001 Rabbit Tales (1982), Fantastic Island (1983) y Quackbusters (1988). El corte y alteraciones de escenas en esta serie de compilaciones recuperan cierta nostalgia histórica por imágenes que no preservan necesariamente su sentido original. Es un collage de trozos de animaciones de distintas épocas, montando una discontinuidad de estilos visuales, sostenidos sólo por una relación temática paródica. Arreglos que dan cuenta no sólo de una subordinación de las partes a una intención de sentido (citas sacadas de su contexto), también de la masificación de experimentaciones muy antiguas de hacer imágenes nuevas a partir de trozos de otras ya existentes. No es casual, creo, las compilaciones de la Warner aparejadas a los found footage films.