"La democracia liberal se basaba en dos postulados, puestos en entredicho en la actualidad: la existencia de una esfera política, sede del consenso social y el interés general, y la existencia de actores provistos de su propia energía que ejercía sus derechos y manifestaban sus poderes incluso antes que la sociedad los constituyera como sujetos autónomos. Hoy, en lugar de sujetos autónomos, sólo hay situaciones efímeras, que sirven de soporte a alianzas provisionales apoyadas por las capacidades movilizadas para cada ocasión. En lugar de espacio político, sede de solidaridad colectiva, sólo hay percepciones dominantes, tan efímeras como los intereses que las manipulan. Hay una atomización y homogeneización simultaneas, sin memoria ni solidaridad, una sociedad que recobra su unidad sólo en la sucesión de imágenes a las que los medios vuelven cada semana. Es una sociedad sin ciudadanos y, en definitiva, una no sociedad." (Guehenno: La fin de la democratie, Paris, Flamarion, 1993, p. 46.)
martes, 8 de febrero de 2011
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