Sin desconocer las tesis de Marcel Duchamp cuando afirma que todo lo que un artista dice que es una obra, lo es, y cómo esta tesis es perfeccionada por Joseph Beuys cuando extiende que todos pueden ser artistas. Si un artista lo dice, recalco. Entiendo que los artistas son quienes han logrado arrojar paradigmas a las artes, junto con revelar una constancia nunca desmentida y una inteligencia escrutadora para adelantarse a las preocupaciones de sus colegas contemporáneos. Creo que casi todos los artistas emblemáticos no buscaron esa condición, sino que se vieron envueltos al contexto de la época. También me gusta insistir en cómo las constantes del trabajo artístico están dirigidas hacia una ampliación y liberación de sus lenguajes, dando con ello prioridad a aspectos tales como la experiencia del tiempo, la identidad y la condición híbrida de la práctica artística. Cuando me refiero a “manera abierta”, estoy considerando el azar. Del mismo modo, al decir “lo preciso” hago alusión a lo algorítmico. Temas no exclusivos de los artistas que involucran lo científico y lo tecnológico. Intereses que permiten adecuar de manera desprejuiciada las ideas que se tienen del arte y sus materializaciones.
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