viernes, 3 de diciembre de 2010
he leído (mientras trasegaba una cerveza y me metía entre pecho y espalda un enorme trozo de tortilla de patatas) una entrevista con Jean-Luc Godard sobre la película "Film Socialisme" que se estrena, en Madrid, el próximo 17. Parece que hay una escena en la que anuncían en un crucero que va a dar Alain Badiou una conferencia sobre Husserl. Finalmente no acude nadie y la sala está vacía. El filósofo frances (in person) decide dar la conferencia "a Nadie". Pura fenomenología. No hago más que contar los minutos y las horas. Necesito ver eso. Es la única geometría que me interesa aprender: la de una fenomenología que quiere ir a las "cosas mismas" y finalmente produce una epojé (un paréntesis) que tiene rasgos patéticos. Anoche charlaba con Ernesto sobre Husserl. Llegamos a la conclusión de que su proyecto filosófico era delirante. Un poco más tarde, mientras él fregaba los platos y yo intentaba bailar con Manuela en un espacio inhumano (de una estrechez memorable) decidí mover las manos frenéticamente. Encontré por casualidad un gesto que llamaré, a falta de video demostrativo, "husserliano": palma de la mano abierta que sale desde la frente y se extiendo como si donara Das Ding, repliegue de la muñeca para que el dorso quede hacia arriba y retroceso con el codo en ligero ascenso. Gesto raro o penoso, lo reconozco, como del que ofrece algo o más bien nada para luego sustraerlo y devolerlo a los costillares. Tendré que dar un curso de doctorado o dos si es preciso para aclarar este particular.
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